
El guazubirá, de nombre científico Mazama gouazoubira, es un ciervo de tamaño medio que habita en Uruguay, aunque cada vez se ven menos ejemplares. La caza de este mamífero autóctono está prohibida durante todo el año, pero siguen apareciendo casos de caza ilegal. Su nombre proviene del término guaraní «guazú-birá», que significa «campo de ciervo».
También se encuentran ejemplares en otros países del continente americano, desde Uruguay y el norte de Argentina hasta el sur de México. Se lo conoce con diversos nombres según la región: virá, guazuncho, tabuka, sacha-cabra, corzuela encerada, venado pardo, venado gris, venado silvestre, corzuela parduzca, virote, matacán o temazate, por nombrar algunos.
En la costa del departamento de Canelones, hay dos balnearios aledaños que llevan su nombre: Guazuvirá y Guazuvirá Nuevo. También en Villa Serrana encontramos un homenaje a este ciervo autóctono: el cerro en cuya ladera se ubica el Ventorrillo de la Buena Vista y el Mesón de las Cañas lleva el nombre de Cerro Guazubirá.
Características del guazubirá

Como indican algunos de sus nombres populares, el guazubirá es de color marrón con algunas vetas grises. Las crías son de color pardo oscuro con manchas blancas, pero el pelaje se aclara y las manchas desaparecen a medida que crecen.
Los ejemplares más grandes alcanzan 1,20 metros de largo y llegan a pesar 25 kilogramos. El macho se distingue de la hembra por sus astas finas, que pueden medir hasta quince centímetros de largo. Las astas aparecen al primer o segundo año de vida, pero en ese momento solo miden entre uno y dos centímetros. Este ciervo se alimenta de hojas, pasturas, hongos y frutos.