Playas de Colonia: balneario Santa Ana

Cartel de Santa Ana

En el kilómetro 155 de la ruta 1, la más antigua del territorio uruguayo, se encuentra el cruce con la carretera que lleva al balneario Santa Ana, a escasos 22 kilómetros de Colonia del Sacramento. Desde la radial sobre la ruta 1, se debe recorrer tres kilómetros hacia el sur, hasta llegar a la ribera del Río de la Plata. En Santa Ana, los turistas encuentran los servicios necesarios para pasar unas cómodas vacaciones, a la vez que disfrutan de un entorno natural, de bosques, arroyos y playas serenas de agua dulce.

Santa Ana es el sitio ideal para descansar, hacer playa y paseos al aire libre. El atardecer en la playa; la famosa “ola de las seis” que perturba la tranquilidad de las aguas y moja la ropa de algún desprevenido que estaba muy cerca de la orilla; el antiguo Puerto Platero, al cual se accede caminando por la playa hacia el oeste; y un viejo tronco de madera que sirve de trampolín para bañarse en el arroyo, forman parte de los singulares atractivos de este poco conocido balneario de las costas uruguayas.

Breve historia del balneario Santa Ana

La principal característica de este balneario son sus extensiones de bosques y los altos árboles que proveen refrescante sombra en las tardes de verano. Lo peculiar, es que este entorno natural fue creado por el hombre. La historia de Santa Ana comienza en el año 1946, cuando los hermanos Greissing la fundan y bautizan con el nombre de su madre. Provenían de una familia de origen suizo radicada en la localidad coloniense de Nueva Helvecia.

Atardecer en Santa Ana

Los hermanos fundadores contrataron a dos empleados, que durante cerca de veinte años, labraron con yuntas de bueyes las dunas de arena que antes formaban el paisaje de la región. En su lugar plantaron cerca de medio millón de árboles de diferentes especies autóctonas y exóticas. Desde esta época se preservan añejos robles, sauces, ceibos, palmeras, grataeus, tipas, enormes eucaliptos que refrescan el aire, pinos, acacias, abetos, anacahuitas y araucarias.

Los hermanos también se encargaron de los planes de urbanización de la zona. Los arquitectos Vilamajó y Miguel Angel Odriozola estuvieron a cargo de las construcciones más significativas. Por la década del 50 y a pedido de los Greissing, Odriozola construyó una hostería. Hoy lleva el nombre de Hostería Don Guillermo y aún conserva los rasgos fundamentales de su antigua arquitectura.

Servicios y turismo

Las opciones de hospedaje que ofrece el balneario son bien variadas. El acogedor clima de la antigua y bien cuidada Hostería Don Guillermo es una excelente opción para los que buscan mayor comodidad. Goza de una privilegiada ubicación frente al río y dentro de sus instalaciones incluye gimnasio, piscina climatizada y restaurante. El Hotel Santa Ana Hotel, categorizado 2 estrellas y recientemente remodelado por cambio de firma,  también se ubica frente al río, cuenta con restaurante y piscina al aire libre.

Hostería Don Guillermo

A orillas del arroyo que divide Santa Ana del balneario Artilleros, se ubica un camping que ofrece servicios completos: baños, parrilleros, juegos y un pequeño almacén. Para los que planean una larga estadía en Santa Ana, las inmobiliarias ofrecen alojamiento en casas y cabañas con diferentes capacidades. Pequeñas cabañas internadas en el bosque, modernas casas prefabricadas sobre la rambla, con jardín, parrillero y todas las comodidades para pasar unas relajantes vacaciones.  Otros servicios que encontrarás en este balneario incluyen varios restaurantes, almacenes, minimercados, panadería, carnicería, lavadero y cibercafé.

El Club Social y Deportivo completa la propuesta de servicios del sitio, con juegos infantiles, canchas para voleibol, cancha de ladrillo para tenis, cancha de bochas, padel y de fútbol. Los amantes de los deportes náuticos cuentan con rampas en las playas para bajar pequeñas embarcaciones. Motos de agua, kayaks y lanchas se ven con frecuencia en las extensas playas de Santa Ana, sin perturbar a los bañistas.