Si bien asociamos a las palmeras con el Caribe y las zonas tropicales, en Uruguay, que tiene un clima templado, también encontramos palmeras en estado silvestre. A lo largo del territorio del país habitan seis especies de palmeras autóctonas: la palmera butiá, formando los palmares de mayor extensión, la yatay y la poñi que también forman palmares, la pindó, la yatay poñi, la yatay rastrera y la caranday.
Los palmares se concentran mayormente en una franja diagonal que atraviesa al país de noroeste a sureste. Esta peculiar disposición de las palmeras hizo que surgiera la creencia de que fueron plantadas por los indígenas que habitaron estas tierras antes de la llegada de los españoles.
Pero las palmeras están bien adaptadas al suelo, crecen de forma natural y la variedad de especies, que tienen más presencia en una región que en otra, descartan el mito de que se trata de una plantación hecha a conciencia por el hombre. Las especies nativas no están en peligro de desaparición, pero los palmares sí están en riesgo como ecosistemas.
Palmera pindó
La palmera pindó no se encuentra formando palmares puros como otras especies, sino que suele aparecer entre la biodiversidad de los montes nativos cercanos a fuentes de agua. Su nombre científico es syagrus romanzoffiana y tiene una presencia abundante en Uruguay.
Llega a medir hasta veinte metros de altura, es de crecimiento rápido y por ello es muy utilizada en parques, plazas y avenidas. Además de su uso ornamental, con su fruto se hacen dulces y la decocción de sus raíces se usa como abortivo. También se la conoce con los nombres vulgares de cocotero plumoso o palma chirivá.
Yatay
La palmera yatay es una de las que forma palmares puros en Uruguay. Estos palmares se encuentran en el litoral oeste del país. En el Departamento de Paysandú podemos visitar los Palmares de Cuico, una reserva protegida donde se preservan varios ejemplares. Su nombre científico es butia yatay. Tiene un fruto similar a la palmera butiá, pero menos carnoso y su tronco es más delgado que ésta.
Butiá
La palmera butiá, de nombre científico butia capitata, solo crece en el sur de Brasil y al este de Uruguay. Forma un palmar natural único en el mundo de 70 mil hectáreas de extensión que incluye ejemplares de entre 200 y 300 años de edad. Debido principalmente a la cría de ganado y al cultivo de arroz, la conservación del palmar de butiás se encuentra actualmente en peligro. La palmera butiá llega a medir hasta diez metros de altura y su fruto pequeño y amarillo es comestible.
Palmera yatay poñi
La yatay poñi solamente crece de forma natural en las laderas y las cumbres de los cerros chatos del Departamento de Rivera. Su nombre científico es butia paraguayensis y apenas llega a medir dos metros de altura, motivo por el cual también se la conoce con el nombre de yatay enana. Tiene una floración abundante y no es fácil conseguir sus frutos porque éstos están al alcance de los animales.
Palmera caranday
La palma caranday es menos común y llega a medir cinco metros de altura. Su nombre científico es trithrinax campestris y se le puede distinguir por sus espinas en el tronco. Es de crecimiento lento pero resistente a las heladas del invierno y también a las sequías. Se la puede encontrar en canteros centrales y parques y de forma silvestre en la ribera del Río Uruguay.
Palmera yatay rastrera
La yatay rastrera tiene el nombre científico de trithrinax brasiliensis. Solamente se la puede encontrar en estado silvestre en el Departamento de Trienta y Tres. Llega a medir hasta cinco metros de altura y se la puede distinguir por sus espinas grisáceas y por sus hojas secas que se van adhiriendo al tronco. También es buena tolerando las sequías y las bajas temperaturas.
Palmera butyagrus
Además de estas seis especies nativas, también se ha formado de forma natural un híbrido entre la palmera butiá y la pindó. Su nombre científico es butyagrus nabonandii. Se la encuentra en estado natural donde convergen estas dos especies pero además es bastante utilizada en parques urbanos.