Cactus del Uruguay: el candelabro

Ejemplares silvestres de cactus candelabro

El cactus candelabro, también conocido con el nombre popular de cactus columnar o cardón uruguayo, es un cactus nativo que habita en los campos, en los paisajes serranos y en los matorrales que crecen en la franja costera del Uruguay. También se encuentra de forma silvestre al sur de Brasil y al este de Argentina y se lo cultiva en muchas partes del mundo con fines ornamentales.

Hábitat del cactus candelabro

Debido a la extensión de la urbanización en el litoral del país y también en parte a las plantaciones de pinos y eucaliptos, los matorrales costeros están desapareciendo. El cactus candelabro y otra flora autóctona está adaptada a vivir en los suelos arenosos y resisten los fuertes vientos que llegan desde el mar o desde el río, pero estas especies se ven perjudicadas por la situación de amenaza de su hábitat.

Por suerte, aún podemos encontrar cactus candelabro silvestre cerca del Río de la Plata, algunos ejemplares añejos completan el paisaje del Parque del Embarcadero de Yates de Riachuelo, en el Departamento de Colonia. En estos ejemplares viejos se puede observar una forma arborescente, con los años comienza a ramificarse y crece hasta una altura de quince metros.

Características del cactus candelabro

Cactus candelabro con fruto

Este cactus autóctono pertence a la familia cactaceae y recibe el nombre científico de cereus uruguayanus. Tiene tallos columnares, como lo indica el término, asemejan columnas por su forma cilíndrica. Son suculentos, es decir, almacenan agua y están formados por seis a ocho costillas. Las costillas son aristas que sobresalen del tallo y que tienen como función absorber el agua de lluvia.

Sus flores no pasan desapercibidas, son solitarias pero grandes y de colores llamativos. En el centro presentan un color amarillo pálido y pétalos blancos hacia el exterior que se van tornando rosados.

El fruto es comestible y muy rico, los uruguayos lo conocen como higo de tuna. Por fuera es anaranjado o amarillo, y el centro tiene una textura y un sabor muy similar al del fruto de la higuera. No dejes pasar la oportunidad de probarlo, aunque es algo difícil encontrar un fruto que no haya sido picoteado por las aves.