Sobre la Curva de la Muerte, se ubica un edificio que forma parte de la identidad del barrio Buceo. Tiene una arquitectura tan particular que lo distingue de cualquier otra construcción de la ciudad de Montevideo. Es un pequeño castillo de estilo morisco, con una torrecilla que nos recuerda al dormitorio de La Bella Durmiente y que alojó durante medio siglo al Museo Oceanográfico Dámaso Antonio Larrañaga.
Como muchos ya deben sospechar, el castillo no se construyó con el fin de alojar un museo y su historia está muy lejos de parecer un cuento de princesas. El edificio lo construyó un francés en la década de los años 20 para que funcionara allí un cabaret de lujo. El inversor se trajo a su propio arquitecto desde Europa, quien incluyó una torre mirador en su obra.
Apostó su ficha a los turistas extranjeros que vendrían a presenciar el primer Mundial de Fútbol, que se celebró en 1930 en Uruguay. El cabaret se inauguró el mismo día que comenzó el campeonato de fútbol. Pero no tuvo concurrencia ni el día de la inauguración ni en los días posteriores.
La Curva de la Muerte
En los años 20, la Playa del Buceo no era concurrida como las playas Ramírez y la de Pocitos. El sitio que el francés escogió para su negocio era algo apartado. Además, los montevideanos sabían y recordaban que donde ahora se erigía un cabaret, funcionó la Morgue Municipal. Sumado al hecho de que quedaba justo enfrente del Cementerio del Buceo, no es difícil imaginar por qué el negocio no prosperó, así que cerró sus puertas.
Luego de permanecer poco tiempo en desuso, el local reabrió sus puertas al público, pero esta vez como un simple bar. Pero tampoco como bar fue fructífero, los locales lo eligieron para suicidarse por la altura de la torre.
Muchos creen que el nombre de Curva de la Muerte se debe a la peligrosidad de la curva de la rambla y a los accidentes que ocurrieron, pero en realidad tiene su origen en estos eventos. Hasta el día de hoy, no está permitido el acceso a la torre y las ventanas del mirador del castillo del Buceo continúan selladas.
Museo Oceanográfico
En 1934, el edificio fue cedido al Servicio Oceanográfico y de Pesca. Durante algún tiempo funcionó como la sede de la institución, hasta que en 1956 abrió el Museo Zoológico Dámaso Antonio Larrañaga, más conocido por el nombre de Museo Oceanográfico.
En el museo se exhibía material didáctico, esqueletos y animales nativos embalsamados. Tenía la finalidad de educar y concienciar al público de las especies en peligro de extinción. Según se informó a la prensa, era muy poco concurrido y por este motivo cerró sus puertas en 2012. Hasta el día de hoy el castillo del barrio Buceo permanece abandonado y su falta de mantenimiento puede observarse desde la fachada.