Patos del Uruguay: el pato maragullón

Pato Maragullon

El pato maragullón, de nombre científico phalacrocorax brasilianus, también es conocido en otras partes del continente americano como biguá, mbiguá, cormorán, cormorán negro, cuervo de mar, yeco, pato yeco, marshelous, pato cuervo o patillo. Pertenece a la familia phalacrocoracida, o de los cormoranes, que se caracterizan por ser aves acuáticas que se sambullen para pescar peces por debajo de la superficie del agua.

Características del pato maragullón

El pato maragullón tiene un largo de entre 70 a 75 centímetros. Sus alas alcanzan un ancho total de 100 centímetros y pesa aproximadamente 1,5 kilogramos. Los ejemplares que se encuentran en América del Sur tienden a ser de mayor tamaño que los patos que habitan al centro o norte del continente.

El maragullón tiene una cola larga y frecuentemente su cuello se sostiene en una peculiar y característica forma de “S”. Tiene un plumaje predominantemente negro, con parches en la garganta de color amarillo/castaño. Durante la temporada de cría, exhibe algunos mechones blancos a los lados de la cabeza y en su garganta.

Comportamiento del maragullón

Pato Maragullon - Biguá

Es muy común verlo sobre piques y postes de alambrados, cerca de lagunas de poca profundidad. El pato maragullón siempre está cerca de alguna aguada. Es un residente permanente, es decir, es sedentario y no migra con las estaciones climáticas. Vive en poblaciones de varias centenas de ejemplares.

Su dieta se basa principalmente en pequeños peces, renacuajos, ranas e insectos acuáticos. El maragullón busca alimento debajo del agua, usa sus patas como propulsores para sambullirse. Suele alimentarse en grupo.

El pato maragullón es una especie monógama y procrea en pequeñas colonias. El nido es una plataforma hecha de ramas y gramilla con una depresión en el centro. Cada pareja hace una puesta por año y ponen hasta cinco huevos. Los huevos son color blanco algo azulado.  

Tanto el macho como la hembra incuban los huevos por un tiempo aproximado de 25 a 30 días. También ambos padres son los encargados de alimentar al joven pichón por alrededor de once semanas. A la semana doce, los pichones ya son independientes.