La Gruta del Palacio, antigua morada de tribus indígenas y por tal motivo conocida como el Palacio de los Indios, está situada en el Departamento de Flores, a 46 kilómetros de la capital departamental, la ciudad de Trinidad. Para llegar hasta el sitio, hay que ingresar por el trazado viejo de la ruta número 3. La rareza de las formaciones rocosas, con sus columnas cilíndricas casi perfectas, han atraído e intrigado a los visitantes. Se especuló y fantaseó mucho sobre el origen de estas formas.
En el pasado, se sugirió que se trataba de palmeras petrificadas, y también se manejó la teoría de construcciones erigidas por los indígenas, ya que durante varios años funcionó como vivienda. Hoy se sabe que su origen es geológico: se formó en el Cretácico Superior, hace más de 70 millones de años.
Topografía y ecosistema de la Gruta del Palacio
La caverna está compuesta por bóvedas y columnas de varias formas, algunas de las cuales llegan a medir un metro de diámetro. Tiene un frente de 23 metros de largo, casi ocho metros de profundidad y una altura de dos metros y medio.
En otra época era mucho más amplia, algunos dicen que se podía entrar a caballo, y que se armaban grandes bailes dentro de la gruta. Las fiestas forman parte del folclore popular, pero no hay registros que validen tal relato.
Según un informe del espeleólogo Mario Isola, quien visitó este lugar a finales del siglo XIX, la gruta tenía una profundidad de 150 metros, de los cuales los primeros 30 metros eran fácilmente explorables.
Tanto la intervención dañina del hombre como la acción de la naturaleza, llevaron a que parte de la gruta se derrumbara. En la última dictadura militar se cerraron y tapiaron varios túneles, con el fin de que no se ocultaran en su interior quienes huían, colaborando con el deterioro del lugar.
Parte de la gruta está cubierta de agua, proveniente de un lago subterráneo. Allí dentro se ha formado un ecosistema muy especial. Ya sea invierno o verano, hay una temperatura constante de 20 grados Celsius.
En la Gruta del Palacio se encontraron los primeros cangrejos Parastacus Pilimanus del Uruguay. Es común que esta singular especie de cangrejos de agua dulce, habite en cuevas y aguas subterráneas.
Visitas a la Gruta del Palacio
Actualmente se pueden recorrer hasta 30 metros, pero debido a la estrechez del túnel, la incursión no se puede realizar caminando, sino que hay que deslizarse a ras del suelo. Estudios recientes indican que la profundidad de la gruta se extendería 400 metros.
Para preservar esta formación geológica única en el Uruguay, se declaró al parque eco-turístico propiedad Municipal de la Intendencia de Flores, ingresando al circuito de Áreas Protegidas del país. En la actualidad se están realizando tareas de restauración.
A 600 metros del predio, hay un parador que ofrece servicios de bar, y cuenta con una sala de proyecciones, donde se brinda información sobre la gruta. La entrada cuesta 20 pesos uruguayos. Lo recaudado se destina al mantenimiento de la gruta. Por informes y horarios se puede llamar al teléfono (598)4360-4473.
Leyenda india de la Gruta del Palacio
Cuenta la leyenda que en la gruta vivía un cacique de los Charrúas. Por ese entonces, el frente de la caverna exhibía tres puertas con forma de arco, adornadas con plantas. La esposa del cacique, llamada Darien contaba que en la caverna se escondía toda la riqueza de sus ancestros.
Los padres de Darien llegaron desde el Golfo de Panamá cuando los europeos invadieron sus tierras en busca de tesoros. Los indígenas huyeron y llevaron todas las riquezas del templo Dobaida a la Gruta del Palacio, donde se establecieron luego de un largo éxodo.
En esta gruta, que los indígenas del norte adoptaron como morada, nació Darien, y poco tiempo después, su padre murió combatiendo contra la tribu de los Chanás. Su madre la casó con Zemi, el cacique con más poder de la región y también murió al poco tiempo de la unión de su hija.
Se dice que los tesoros de Dobaida aún yacen en la Gruta del Palacio y que ni siquiera todos los indios de la tribu más fuerte podría cargarlos para llevárselos, según el relato de la propia Darien.