Sobre la concurrida calle Rivera de la capital uruguaya, y justo al lado del Cementerio de Buceo, se encuentra el Cementerio Británico, un museo al aire libre que propone recorrer sus senderos y conocer algunas de las historias de las personas que allí yacen. Las esculturas, los epitafios, la simbología de las lápidas y monumentos, hacen que el paseo sea un interesante recorrido por la historia uruguaya.
El Cementerio Británico no estuvo siempre en el barrio Buceo, originalmente ocupaba el terreno sobre el que en la actualidad se levanta el edificio de la Intendencia Municipal de Montevideo, sobre la principal avenida de la ciudad. En 1828, cuando el Cónsul Británico Thomas S. Hood compra el terreno para hacer un cementerio, la zona estaba alejada de la ciudad amurallada, pero con el correr de los años la ciudad se fue expandiendo y el cementerio quedó en medio de ella.
Con motivos higienistas, preocupados por el cólera y la fiebre amarilla, pero sobre todo por tratarse de un cementerio de religión protestante en un momento que la religión de la mayoría era católica, el cementerio es trasladado a las afueras de la ciudad, hacia la entonces descampada zona de Buceo. Para 1875 ya habían adquirido el nuevo predio y los restos de la primera etapa fueron trasladados.
En el Cementerio Británico hay más de 8.500 personas, de diferentes religiones y procedencias. No solo los protestantes ingleses eran enterrados en este cementerio, allí también se daba sepulcro a todos los que fallecían en la ciudad de Montevideo pero que eran rechazados por los cementerios católicos por su religión. Es así que hoy alberga también los restos de griegos ortodoxos, rusos, evangelistas, masones, metodistas, franceses, chinos y judíos.
En la capilla central, llama la atención un memorial con una lista de nombres de combatientes de origen inglés que murieron en combate en la Primera Guerra Mundial. Afuera de la capilla, sobre uno de los senderos, también se encuentra el memorial de las víctimas de Royston Grange, un buque que naufragó en 1972 y provocó la muerte de 80 personas.
Yacen en este cementerio los restos de los marinos del Achilles, que murieron en el combate de la Batalla del Río de la Plata de 1939 (enfrentamiento entre ingleses y alemanes en la Segunda Guerra Mundial), y tres marinos del crucero alemán Admiral Graf Spee, conocido por la explosión programada que lo hundió en frente a la costa de Montevideo.
La escritora y pedagoga Armonía Somers, el ingeniero paisajista Carlos Racine responsable por la creación del Parque Prado y de su magnífico rosedal, Thomas Tomkinson, quien introdujo el eucaliptus al Uruguay, Carlos Sabat Ercasty, escritor uruguayo considerado por el mismo Pablo Nerudo como su maestro, Thomas Havers, constructor del Teatro Solís, John Harley, el primer técnico de la selección uruguaya de fútbol y director de Peñarol, creador del pase «cortito y al pie», son las algunas de las tantas personalidades e historias que puedes conocer en el recorrido por el cementerio.
Visitas al Cementerio Británico
La entrada principal del cementerio está sobre la Avenida Rivera número 3868. Por más información te puedes comunicar enviando un e-mail a [email protected], o llamando al teléfono (598)2622-3071. El sitio permanece abierto todos los días del año, en el horario de 8 a 17:30 de abril a setiembre, y se extiende hasta las 18 horas de octubre a marzo.
Recomendamos hacer la visita en el Día del Patrimonio (mes de octubre), en la Noche de los Museos que se celebra en el mes de diciembre cuando además de espectáculos en vivo (música, conferencias u obras de teatro), se ofrecen recorridos guiados en medio de la noche, o en el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), cuando se ofrecen visitas guiadas por las tumbas de mujeres con historias interesantes que dejaron su huella en Uruguay.