
El alfajor tiene un origen que se remonta al mundo árabe. La palabra proviene del árabe hispánico al-hasú, que significa “el relleno”. En su forma original, era un dulce elaborado con una mezcla de miel, frutos secos y especias, que los árabes introdujeron en la Península Ibérica durante la Edad Media. Desde allí, el alfajor cruzó el océano junto con los conquistadores españoles y se adaptó a los ingredientes y costumbres de América Latina, transformándose por completo.
En Uruguay, este dulce encontró terreno fértil para reinventarse y convertirse en parte del día a día. Lo que alguna vez fue una golosina importada pasó a ser una institución nacional. Hoy se puede conseguir un alfajor en prácticamente cualquier kiosco del país, en todas sus formas, precios y variedades. Desde los industriales que acompañan las mochilas escolares hasta los artesanales que se venden en ferias o panaderías de barrio, todos comparten un núcleo común: dos tapas dulces de galleta unidas por un generoso relleno, casi siempre de dulce de leche.
Variedades de alfajor

Una de las versiones más queridas es el alfajor de maicena relleno de dulce de leche. Su sabor inconfundible proviene del coco rallado que recubre sus bordes. La masa, suave y delicada, se deshace al primer bocado. Otra variedad clásica es el alfajor nieve, caracterizado por su cobertura blanca de azúcar impalpable o glasé. Aunque hoy es menos común que antes, muchos lo asocian con recuerdos de infancia o meriendas en casa de la abuela.
También están los reyes del kiosco: los alfajores bañados en chocolate, como los populares de la marca Punta Ballena. Los hay con cobertura de chocolate negro, intenso y amargo, o blanco, más dulce y cremoso. Algunos combinan dulce de leche y galletas blandas; otros incorporan mousse, crema o frutas. No faltan los triples, con múltiples capas y una dosis extra de azúcar.
En los últimos años surgieron versiones más innovadoras, como el alfajor de merengue, una especie de mini torta recubierta de merengue italiano, con el clásico relleno en su interior y una textura suave y pegajosa. También se popularizaron los llamados alfajores bajoneros de la marca Marley: enormes, empalagosos, con galletas gruesas, mucho relleno y cobertura abundante de chocolate.
En el departamento de Lavalleja se elaboran alfajores de gran fama por su calidad artesanal y sabor tradicional: los alfajores de las Sierras de Minas, que ostentan el lema de “el primer alfajor del Uruguay”. Se pueden conseguir en panaderías y reposterías locales, especialmente en el mercado y en tiendas que promueven productos regionales.
Una experiencia diferente
Además de probarlos, ahora también podés vivir la experiencia de hacer alfajores con tus propias manos. En esta experiencia culinaria en Montevideo, guiada por anfitriones locales, aprenderás paso a paso cómo preparar este icónico postre, desde la masa hasta el relleno de dulce de leche. Una actividad ideal para turistas, amantes de la cocina o cualquiera que quiera llevarse un pedacito de la cultura uruguaya en el paladar y en el corazón. Reservá tu lugar y descubrí cómo se hace el alfajor uruguayo desde adentro.