
El Faro de Punta Brava, conocido popularmente como Faro de Punta Carretas por encontrarse dentro de ese barrio montevideano, se ubica sobre una saliente rocosa que marca el punto más austral de la ciudad. Este sector del Río de la Plata, históricamente peligroso para la navegación debido a sus formaciones rocosas y bancos ocultos, fue escenario de numerosos naufragios durante el siglo XIX.
Para prevenir estos accidentes, se decidió construir un faro en 1875, utilizando piedra labrada. Fue finalmente inaugurado el 1.º de septiembre de 1876, como lo indica la boya roja que se encuentra junto a su base. Desde entonces, ha sido un punto de referencia fundamental para los navegantes que recorren las rutas costeras cercanas al Puerto del Buceo, el Banco Inglés y la desembocadura del Río Santa Lucía.
Estructura y características del faro de Punta Brava

El Faro de Punta Brava posee una estructura de 19 metros de altura, con una altura focal de 21 metros sobre el nivel del mar. Para alcanzar su mirador, los visitantes deben ascender por una escalera en espiral de 76 peldaños, bastante empinada pero segura. La recompensa es una vista panorámica del Río de la Plata y la costa montevideana, ideal para quienes disfrutan de paisajes marítimos.
El faro emite una luz blanca visible a 18,5 millas náuticas, con un destello rojo cada diez segundos que lo hace fácilmente identificable en la noche o con niebla. Desde 1962, funciona conectado a la red eléctrica, lo cual asegura su operatividad constante.
Consejos útiles para tu visita

Si estás planificando una visita al Faro de Punta Brava, te sugerimos hacerlo de jueves a domingo, entre las 14:00 y las 17:00 horas, ya que es cuando suele estar abierto al público. Aunque no existe información oficial actualizada sobre el precio, muchos visitantes señalan que se cobra una entrada simbólica, por lo que conviene llevar efectivo en billetes pequeños (entre 20 y 50 pesos uruguayos).
Es importante tener en cuenta que el ingreso está permitido únicamente a mayores de 12 años, debido a la dificultad del ascenso. Además, como no cuenta con un sitio web oficial con horarios actualizados, se recomienda verificar en el lugar mismo si hay cambios por mantenimiento o actividades especiales.
Alrededores y oferta gastronómica

Más allá de su función náutica, el entorno del faro se ha consolidado como un sitio ideal para el avistamiento de aves. Durante los meses fríos, llegan especies migratorias desde la Patagonia. En primavera y verano, arriban aves procedentes de regiones tan lejanas como Alaska y Canadá, buscando climas más cálidos.
Entre las especies que pueden observarse se destacan algunas protegidas y de especial interés, como el cisne coscoroba, la gaviota cangrejera, el tachurí canela y el albatros de ceja negra, además de otras aves comunes del ecosistema rioplatense. Esto convierte al faro en un punto estratégico tanto para ornitólogos como para fotógrafos y amantes de la naturaleza.
Muy cerca del faro se encuentra el restaurante La Estacada, un punto tradicional para quienes desean almorzar o cenar con vista directa al mar. Además, en la zona se está desarrollando un puerto deportivo para yates, lo que transformará este rincón en una atracción aún más completa, sumando oferta náutica y recreativa para residentes y turistas.