Luego de más de una década de abandono, el Autódromo de Rivera, también conocido como el Autódromo Internacional Eduardo P. Cabrera, se transformó en uno de los mejores circuitos a nivel nacional. Gracias al aporte de la Intendencia Municipal de Rivera, el circuito riverense se ha convertido no solo en escenario de carreras uruguayas, sino también en locación para campeonatos internacionales.
El circuito se encuentra dentro del Parque Gran Bretaña, en la frontera norte de Uruguay, cerca de la ciudad de Rivera y de la ciudad limítrofe de Brasil, Santana do Livramento.
Historia del Autódromo de Rivera
Gracias al entusiasmo de Eduardo Prudencio Cabrera, miembro de la Asociación Uruguaya de Volantes (AUVO) y a la cooperación de autoridades de las ciudades fronterizas, en setiembre de 1951, se inauguró un primer circuito de un poco más de un kilómetro de extensión.
En 1962, se hacen algunas reformas importantes, la pista se extiende a poco más de dos kilómetros, se crean catorce boxes, se instalan baños para los espectadores y una cantina. Es entonces cuando el autódromo recibe el nombre de Cabrera, fallecido en un accidente mientras era espectador en el circuito brasilero Tarumã.
A partir de entonces se sucedieron numerosas carreras y durante la década del 70 fue una importante sede para Uruguay y para el sur de Brasil. Luego se discontinuó el mantenimiento y para 1990, debido al deterioro de la infraestructura, el Autódromo de Rivera quedó abandonado.
Restauración del Autódromo de Rivera
Diez años más tarde, con el apoyo nuevamente de la Intendencia de Rivera, que aportó una suma de 48 millones de pesos, el autódromo fue reconstruido. Las obras de reconstrucción comenzaron en 2012. El circuito se extendió nuevamente, se construyó un túnel y calles de boxes de asfalto. Se cambió la dirección del circuito para ir en dirección contra reloj. El trabajo de modernización culminó en noviembre de 2013.
Actualmente el circuito completo tiene una extensión de 3.080 kilómetros y su versión corta 2.100 kilómetros (circuito original de 1962). El nuevo asfaltado tiene un grosor de siete centímetros y catorce metros de ancho.