Un rincón del Río Uruguay: la Isla San Francisco

La Isla San Francisco es una de las tantas islas que se encuentran en el tramo inferior del Río Uruguay, una importante vía fluvial de América del Sur que forma parte de la extensa Cuenca del Plata. Esta cuenca es la segunda más grande del continente después de la del Amazonas, y su red hídrica abarca territorios de cinco países. El Río Uruguay, en particular, actúa como frontera natural entre Uruguay y Argentina a lo largo de gran parte de su recorrido.

La Isla San Francisco tiene una superficie de apenas 0,75 km² y pertenece a la jurisdicción del departamento de Paysandú. Se ubica a solo 8 kilómetros al norte de la capital departamental, en una zona donde el río se ensancha y da lugar a un conjunto de islas e islotes.

Está rodeada por otras islas de mayor y menor tamaño, como las islas Queguay Grande y Queguay Chica del lado uruguayo, y la Isla de Hornos del lado argentino. Este entorno insular forma parte de un paisaje fluvial muy característico, donde la biodiversidad y la dinámica del agua conforman un ecosistema particular.

Visitas a la Isla San Francisco

A pesar de estar en territorio uruguayo, la Isla San Francisco se encuentra más próxima a la ciudad de Colón, en Argentina. Desde sus playas puede verse claramente la isla, ubicada a escasos mil metros. Gracias a esta cercanía, es habitual que los visitantes provengan de la ribera argentina, ya que no se requiere una embarcación de gran porte para llegar: con un kayak, un bote o incluso nadando en determinadas condiciones, es posible acceder sin dificultad.

Hace algunas décadas, la isla contaba con una playa de arena de gran tamaño, que se extendía por varios cientos de metros. Sin embargo, con el paso del tiempo y como consecuencia de la construcción al norte de la Represa Hidroeléctrica de Salto Grande, ese banco de arena comenzó a erosionarse. Aun así, la cara sur de la isla conserva sectores de playa, donde tanto sanduceros (gentilicio de los habitantes de Paysandú) como argentinos la eligen para pasar el día o realizar excursiones de pesca, especialmente en verano.

La isla no cuenta con servicios ni infraestructura turística, lo que la convierte en un espacio ideal para quienes buscan una experiencia natural y tranquila. Solo hay monte nativo, algo de vegetación ribereña y la mencionada playa. Por eso, es fundamental llevar agua, alimentos y todo lo necesario para pasar el día, y por supuesto, regresar con los residuos.