
El 9 de enero de 1910, con 36 grados de calor, para desgracia de los que compraron la económica entrada “de Sol”, se inauguró la Plaza de Toros del Real de San Carlos, con la actuación de los toreros españoles, los hermanos Torres “Bombita Grande” y “Bombita Chico”. Ocho mil personas colmaron la capacidad de la Plaza, llegadas en los vapores a paleta de la compañía de Mihanovich: “Tritón”, “Rivadavia” y “Colonia”, que demoraban entre cinco a seis horas en hacer el trayecto Buenos Aires-Real de San Carlos.
Si bien el público uruguayo no era tan aficionado a las corridas, en esta toreada inaugural, vino gente de San José, de Montevideo y de todas las ciudades del departamento de Colonia, en trenes, carruajes y automóviles que ya circulaban por la época. También arribó al muelle el “Salto” que venía del litoral del país y el “Helios” desde Montevideo.
En 1895, ya se realizaban corridas de toros en Colonia, en un terreno baldío donde más tarde se construiría el Palacio Municipal. Allí, un inversor argentino instaló una plaza con graderías de madera, que funcionó durante cinco años. En 1908 surgió un nuevo proyecto impulsado por Nicolás Mihanovich hijo, que inicialmente contemplaba la construcción de una plaza de toros en la isla San Gabriel.
Juan Manuel Caballero, hijo del cónsul de España en Colonia y posterior agente de la empresa de navegación Mihanovich, solicitó el permiso de creación de un complejo turístico en el Real de San Carlos. Comienza de este modo la gestión para crear lo que hoy conocemos como el antiguo Complejo Mihanovich. Se construyó un muelle, un frontón de pelota vasca, un Hotel Casino, la Plaza de Toros, una usina eléctrica que abasteció además a toda la ciudad de Colonia, una comisaría, caminos y un tiro a la paloma.
Existieron dos Nicolás Mihanovich, padre e hijo. El padre, originario de Croacia, fue quien tuvo una gran compañía naviera, para transportar pasajeros, ganado y granos, que recorría Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. Participó de la Conquista del Desierto en la Argentina transportando colonos. Adquirió numerosas estancias y campos, y sus hijos integraron los directorios de importantes empresas en desarrollo de la época. Nicolás Mihanovich hijo, estuvo encargado del proyecto turístico en Colonia.
Construcción de la Plaza de Toros

En 1909, Nicolás Mihanovich hijo obtuvo los permisos del municipio y del parlamento uruguayo para comenzar la construcción del complejo en el Real de San Carlos. A unos 4 km del lugar funcionaba una fábrica de mosaicos y ladrillos llamada La Arenisca, que suministró los ladrillos refractarios utilizados en la obra. La estructura de hierro fue importada desarmada desde Gran Bretaña y ensamblada en el sitio.
Utilizaron un millón de kilos de hierro. Se erigió una plaza con un diámetro total de 100 metros, un ruedo de 50 metros de diámetro, con dos series de gradas y una fila de palcos. El pórtico principal tiene 22 metros de altura. Los encargados de la obra fueron el arquitecto Marcovich y el ingeniero Dupuy, ambos argentinos, que le dieron a la Plaza un estilo morisco, muy similar a las plazas taurinas del sur de España. La construcción culminó en ocho meses.
En las primeras corridas se trajeron toreros y toros de España, pero luego se trajeron toros de Perú, hasta que al final los toros eran de Colonia. Al parecer el nivel de los toreros también fue bajando. En un programa de una corrida de toros, donde los protagonistas eran locatarios se presentaba el debut de la “Juventud Suicida”.
El programa oficial de la corrida advertía: “se recuerda al público que no habrá derecho a protestar, por aquello de que a caballo regalado no se le mira el pelo. No mirar pues el domingo el pelo a la fiesta. Se ruega no arrojar al redondel objetos ni personas; no silbar ni traer a cuento la familia de los lidiadores, que no tienen nada que hacer en el asunto”.
En la galería de la Plaza, esto es, en el anillo que está debajo de las gradas, había una capilla para los toreros, un restaurante, un escenario donde actuaba una orquesta, bar, oficinas, teatro y enfermería.
La Plaza de Toros no solo se utilizaba para espectáculos taurinos, sino que también fue escenario de peleas de boxeo, presentaciones de rondallas (grupos musicales similares a las murgas españolas), actuaciones cómicas, lucha libre y otros tipos de entretenimiento. En 1913, se presentó allí el dúo Gardel-Razzano cuando aún eran completamente desconocidos. Además, el aviador italiano Bartolomé Cattáneo ofreció un espectáculo con una máquina de doble plano que cautivó al público asistente.
En total hubo ocho corridas oficiales, pero se estima que hubo cerca de 80, porque se siguió con los espectáculos incluso después de la prohibición de Batlle y Ordoñez en 1912.
La Plaza de Toros sin corridas

Luego de la prohibición de las corridas, el complejo siguió funcionando teniendo como centro el casino del hotel. Pero en la década del veinte, después de algunos suicidios de jugadores que perdieron grandes sumas en la ruleta, el gobierno argentino trabó la venida de visitantes, poniendo excesivos impuestos a todos los barcos con destino al Real de San Carlos.
En 1935, hubo un intento de reflotar el complejo turístico, cuando los españoles Enrique Queirolo y Carlos Lavarello firmaron contrato con la Intendencia Municipal de Colonia (IMC) para reiniciar las corridas de toros en la Plaza. Consiguieron incluso una modificación de la ley que prohibía las corridas, donde se autorizan estos espectáculos “limitados al Departamento de Colonia”. En 1936, estalló la guerra civil en España y el proyecto se frustró.
En 1943, tras una serie de litigios con la Sociedad Real de San Carlos, todos los bienes del antiguo Complejo Mihanovich, incluida la Plaza de Toros, pasaron a manos de la Intendencia Municipal de Colonia. A partir de entonces comenzó el abandono de la infraestructura: el edificio fue deteriorándose por falta de mantenimiento, se robaron chapas de zinc y otros materiales. Durante el cierre del Real de San Carlos, incluso hubo personas que sacaban objetos que quedaban intactos, como platos, dañando aún más el lugar.
Desde 1957, se corrieron carreras automovilísticas alrededor de la Plaza, hasta que en 1985 cesaron por el peligro de derrumbe que se acrecentaba con la vibración de los motores.
PROYECTOS DE RESTAURACIÓN

En 1958, el ingeniero civil Francisco Gonnet llevó a cabo un estudio de restauración inspirado en las técnicas de conservación aplicadas al Coliseo de Roma. Sin embargo, su proyecto de reconstrucción nunca llegó a materializarse. En 1977, la Plaza de Toros fue declarada Monumento Histórico Nacional, aunque esta distinción no logró asegurar su preservación.
Más adelante, en 2004, el entonces intendente de Colonia, Carlos Moreira, junto al ministro de Turismo y Deporte, Pedro Bordaberry, asumieron públicamente el compromiso de restaurar la plaza, presentando incluso una maqueta que ilustraba el proyecto. No obstante, al finalizar ese gobierno, el siguiente anunció que no se habían dejado los recursos económicos necesarios para continuar con la iniciativa.
En 2008, la Intendencia de Colonia retomó la propuesta con un nuevo proyecto de recuperación para la Plaza de Toros del Real de San Carlos. Sin embargo, la búsqueda de inversores se complicó debido a la necesidad de establecer un modelo de usufructo que garantizara la recuperación de la inversión, y el proyecto volvió a quedar sin concretarse. Recién en 2019 comenzó un proyecto con inversión real que permitió restaurar la plaza, y en 2021 finalmente abrió sus puertas al público tras décadas de abandono.