Ni treinta y tres ni orientales

Cuadro de Juan Manuel Blanes de los Treinta y Tres Orientales

En 1821, la Provincia Oriental pasó a llamarse Provincia Cisplatina al incorporase al dominio Portugués. Artigas, traicionado y vencido, ya estaba radicado en Paraguay, pero en la provincia aún quedaban algunos caudillos que habían luchado junto a él y que no aprobaban la dominación portuguesa. Los integrantes del cabildo de Montevideo integraron la sociedad secreta “la Orden de los Caballeros Orientales”, que en pocos años planearían un levantamiento.

Los caudillos Juan Antonio Lavalleja y Manuel Oribe organizaron a un grupo de hombres de diferentes procedencias. Orientales, mendocinos, africanos, cordobeses y paraguayos se reunieron en Buenos Aires decididos a liberar la provincia del dominio de Portugal.

Juntaron armamento y en dos lanchas partieron en la llamada Cruzada Libertadora hacia el territorio oriental. En la madrugada del 19 de abril de 1825 desembarcaron en la playa La Agraciada, en el actual Departamento de Soriano. Esta hazaña fue la primera de una serie de hechos que culminaron con la declaración de la independencia del territorio oriental el 25 de agosto del mismo año.

El Juramento de los Treinta y Tres Orientales

Pasados cinco años del desembarco, Manuel Oribe escribió una lista de todos los hombres que lo acompañaron en la cruzada del Río Uruguay, lista que Lavalleja ratificó. Aunque se sabía que en la cruzada participaron más de cuarenta hombres, cuando se le pidió al artista Juan Manuel Blanes que pintara una obra para inmortalizar el desembarco, se le exigió que solo incluyera a los 33 hombres de la lista de Oribe. Se cree que no es casualidad el número 33, ya que Manuel Oribe era masón, y este número es el mayor grado de jerarquía entre los integrantes de la secta.

Blanes redujo el número histórico de los hombres, pero los demás detalles se reconstruyeron con una fidelidad casi obsesiva. El pintor fue a la playa de La Agraciada y llevó consigo a sus modelos, incluso hizo traer arena de la costa a su propio estudio en Montevideo. El paisaje, el armamento y los uniformes de los hombres se pintaron con rigor, y sin embargo la escena que vemos en el cuadro posee divergencias con la realidad, que pueden inducirnos a pensar que el artista las colocó en su obra a conciencia.

El cuadro “El Juramento de los 33 Orientales” muestra una escena diurna, cuando se sabe que el desembarco ocurrió en la madrugada. Además, no solo se redujo el número real de hombres, sino que en vez de 33, en el cuadro contamos treinta y cuatro. Se dice que este hombre extra, está en representación de los patriotas que no fueron retratados. Si se observa el óleo con atención, se puede ver el rostro del hombre 34, en la bandera que sostiene Lavalleja.

Ni treinta y tres, ni solamente orientales, el cuadro de Blanes es una representación idealizada del desembarco, que no debería tomarse como fuente histórica fidedigna.