El tesoro de las Masilotti

Cementerio Central
En la década de los 50, las hermanas Clara y Laura Masilotti de nacionalidad italiana, arribaron al aeropuerto de Montevideo para buscar un tesoro que ellas afirmaban se encontraba enterrado en territorio uruguayo. Las hermanas vinieron desde los Estados Unidos para comenzar los trámites con el gobierno uruguayo y obtener el permiso de excavación.

Cuando esta historia llegó a oídos del país fue toda una movilización de la prensa y el público no dejaba de hablar sobre el tema con muchas especulaciones. Se decía que el tesoro estaba enterrado en algún lugar del Cementerio Central, en el Barrio Palermo de Montevideo.

Clara tenía un mapa muy viejo de su padre, donde él mismo había anotado en letra manuscrita el lugar exacto donde se ubicaba el tesoro, figurando los nombres de las calles Gonzalo Ramírez, Yaguarón y Ejido.

Clara MaselottiEra tan fuerte el deseo y la seguridad de las hermanas Masilotti, que con el respaldo de prestigiosos abogados movilizaron al gobierno para comenzar los trámites judiciales. En torno a esta movilización surgieron diversas polémicas.

La iglesia católica calificó de profanación realizar excavaciones en suelo sagrado. El público estaba dividido, unos apoyaban a la iglesia, otros por curiosidad, intriga, popularidad, seguían de cerca a las hermanas. En medio de un gran revuelo, luego de varias semanas, la justicia dio fallo a favor de las hermanas, comenzando la primer excavación el 21 de Mayo de 1951, sobre el lado oeste del cementerio.

Excavaciones tesoro MaselottiMucha gente curiosa se trepaba por los muros para ver la evolución de las excavaciones; habían periodistas de todas partes ya que la noticia tuvo trascendencia, era un constante bullicio durante el día. Por este motivo se decidió cerrar el cementerio al público, así se continuaba con las excavaciones en forma más ordenada, pero ante tantas quejas, la justicia decidió que la búsqueda del tesoro continuara por la noche, para que las personas concurrieran a visitar a sus familiares fallecidos durante el día y no se tuvieran que topar con los obreros trabajando.

Paradero del tesoro

Como toda noticia que trasciende, incluso por tener un tenor de misterio, se hicieron muchas conjeturas entorno al paradero del tesoro y sobre quién lo había enterrado.

En un área que ocupa todo el cementerio e incluso va más allá, hay túneles subterráneos que forman enormes galerías. Las hermanas Masilotti tenían el dato que debían recorrer cierto túnel que los llevaría a una escalinata, al final de ésta se toparían con una pared de loza. Estos datos se constataron porque llegaron hasta la pared de loza, pero no se encontró ningún tesoro.

Se cree que las coordenadas que figuraban en el mapa confundieron a las hermanas, porque antiguamente la puerta principal de acceso al cementerio no era por la calle Gonzalo Ramírez, sino que se ingresaba por el costado.

Casa de Ximenes MontevideoTambién se dice que en el mapa figuraba una capilla, pero en el camposanto no se encontró  ninguna. Quizá confundieron las bóvedas del cementerio con la zona de las antiguas bóvedas, donde se levanta la casa de Manuel Ximenes y Gómez. El lugar donde se esconde el tesoro podría ser sobre la Rambla 25 de Agosto, entre las calles Juan Carlos Gómez e Ituazingó. Allí está la  antigua casa de Ximenes, donde se hospedó con su comitiva Don José María Mastai Ferretti, posteriormente nombrado Papa Pio IX. En esta casa sí hay una capilla.

Supuesto origen del tesoro

Papa Pio IXHay varias historias entorno al origen del tesoro. Se dice que cuando vino a Montevideo Don José María Mastai, tuvo un romance con una chica en Montevideo, con quien tuvo un hijo, pero enseguida tuvo que viajar a Italia donde posteriormente lo nombraron Papa. Mastai mandó el tesoro como obsequio para su hijo. Se especula que el Papa Pío IX era el abuelo de las hermanas Masilotti.

Otra historia cuenta que el abuelo de las hermanas era en realidad un cardenal de Italia fue excomulgado por la iglesia católica y posteriormente, engañó a la gente pidiendo donaciones por varios lugares en nombre de la iglesia. Así fue formando un enorme tesoro, pero llegó el día en que levantó sospechas y tuvo que huir, embarcándose hacia Uruguay.

Para pasar desapercibido en esta nueva tierra, se alistó al regimiento de Garibaldi. El tesoro quedó escondido en la casa de Garibaldi,  hasta que falleció una de las pequeñas hijas de éste y fue enterrada con el tesoro dentro del ataúd.

Se dice que al tiempo, se hicieron obras en el Cementerio Central, y muchos cuerpos fueron trasladados, entre ellos el tesoro del cardenal, así que las coordenadas siguen siendo un misterio.

El tesoro

Ademàs del mapa del tesoro, las hermanas Masilotti guardaban con recelo un inventario del tesoro, donde figuraba entre muchos objetos de valor, un bosquejo de Miguel Angel. El acervo incluía piedras preciosas, oro, diamantes, coronas de reyes, alhajas, obras de arte, pinturas de gran valor, documentación histórica muy importante e incluso objetos incaicos.

Tesoros incaicos

Durante cerca de veinte años, las hermanas Masilotti buscaron el tesoro en diferentes coordenadas, pero nunca lo encontraron. En el barrio Palermo circula la historia de que el tesoro siempre existió, pero cuando llegaron las hermanas ya había sido descubierto.

Hace muchos años existió en el barrio una fábrica de jabón. Se cree que en el momento en que realizaban reformas para ampliar la fábrica, se descubrieron los túneles subterráneos y hallaron el tesoro por pura casualidad. Los dueños viajaron a Europa y regresaron convertidos en millonarios. Para la gente del barrio siempre fue una intriga el crecimiento económico de la fábrica, por eso se les adjudicó el hallazgo del tesoro.