Hechos inexplicables en el liceo IPOLL

Fachada de liceo IPOLL

En todo el mundo se han escuchado muchas historias sobre lo paranormal. Una de ellas sucede en Uruguay en el Departamento de Salto, precisamente en el Liceo Politécnico Osimani & Llerena, conocido por sus siglas IPOLL.

Su edificio es de los más antiguos de la ciudad, consta de tres pisos y tiene un observatorio en su terraza. Dividido en dos secciones, se puede apreciar el ala izquierda de color azul y blanco, que corresponde al área administrativa, y otra caracterizada por ventanales de color verde y celeste, donde están los salones de clases.

Debido a un desnivel bastante pronunciado, la entrada principal del liceo es por el segundo piso, donde se transita por un hall, llegando al salón de actos, la sala de profesores, bedelía, la biblioteca y la cantina. En el primer piso se encuentran los laboratorios de física, química y biología, donde sucedieron y siguen ocurriendo hechos inexplicables.

Comienzan los misterios en IPOLL

En la década de los 80, la dirección del Liceo IPOLL denunció ante las autoridades los destrozos del material de trabajo en los laboratorios, que se encontraron esparcidos por el piso. Al principio creyeron que se trataba de jóvenes que entraban al edificio por la noche para destruir y robar.

Para controlar esta situación, la policía envió a tres guardias para patrullar por la noche. Así lo hicieron por un tiempo, pero luego, consideraron que eran muchos al cuidado del edificio, y decidieron dejar a un solo vigilante. Cuando llegó el invierno, el policía pidió hacer la guardia dentro del liceo, debido a los grandes fríos.

Una noche, encontrándose en el segundo piso, escuchó ruidos en la planta baja y decidió bajar. Recorrió el pasillo atento a todo, pero a medida que se acercaba a los laboratorios, el ruido comenzó a ser cada vez más fuerte. Llegó al salón de Biología y encontró la puerta abierta. Retrocedió, desenfundó su arma y preguntó: “¿hay alguien ahí?”, pero no recibió respuesta. Con mucho cuidado, con pasos cortos, entró al laboratorio y detrás de él la puerta se cerró con mucha violencia.

Historias del liceo IPOLL

El ruido se volvió cada vez más ensordecedor. Todo lo que se encontraba a su alrededor, mecheros y tubos de ensayo empezaron a volar, a romperse contra las paredes y el techo. El policía logró refugiarse debajo de una mesa, hasta que todo se calmó y sin pensarlo salió corriendo a la calle.

Descontrolado y muerto de miedo llamó a la policía. Cuando llegaron decidieron llevarlo al hospital, porque estaba muy exaltado.

Luego de trasladarlo, volvieron al lugar dos policías, uno quedó de guardia y el otro subió para ver qué estaba sucediendo y comprobar lo que su compañero había contado. Al llegar al laboratorio, encontró la puerta abierta y todo desparramado.

Pero además encontró otra cosa, no se sabe con certeza qué fue lo que vio, pero sí se sabe que dio marcha atrás y despavorido dejó el lugar sin querer regresar más. Cuando llegó al encuentro de su compañero de guardia, le contó lo que le pasó y fueron a la jefatura para decirle a su superior lo que estaba sucediendo. Lo único que consiguieron fue que les dieran la orden de montar guardia en el liceo, pero se negaron rotundamente a volver.

Ante la negativa de los oficiales, el sargento no tuvo más remedio que ir él mismo. Otro policía se ofreció a acompañarlo, entró al lugar como si nada, pero así como llegó, pegó la vuelta, y vieron que una sombra negra lo perseguía. Ambos oficiales comenzaron a disparar no se sabe a qué o a quién.

Otros relatos que circulan sobre el IPOLL

Hoy la policía niega lo sucedido, pero es evidente que algo pasó y sigue pasando en el Liceo IPOLL, ya que nadie quiere montar guardia. En la noche, el servicio de limpieza no quiere ir al primer piso y al culminar el día, se les exige a los profesores no dejar nada fuera, todo el material debe quedar guardado en los armarios y bajo llave.

En Salto es una historia muy contada, los habitantes tienen este hecho muy presente. Se ha llegado a comentar que lo sucedido fue contado por un paciente de un psiquiátrico, confirmando luego que se trataba de un ex policía.

Hay otros testimonios que aseguran que al caer la noche es cuando se sienten ruidos, las sillas y bancos se mueven solos, se escucha sonar un teléfono en salas donde no lo tienen, se ven figuras en los espejos y en los corredores, en pleno verano se siente una brisa helada, las luces se prenden y apagan, se escuchan gritos y ruidos de cadenas adentro y en los alrededores. Estas historias son contadas por varios testigos que quisieron permanecer en el anonimato, pero todos han tenido experiencias similares.

Un hecho muy peculiar es contado por un alumno. Sucedió en una clase de química, cuando el profesor tomó un líquido para verter en un tubo de ensayo. Lo que vio lo asombró y hizo que salga corriendo: el líquido nunca entró al tubo de ensayo, se dividió en dos partes cuando lo vertía, como si tuviera una barrera invisible.

Muchas fueron las investigaciones sobre estos hechos del Liceo IPOLL, dando lugar a varias conjeturas, no solo en el terreno de lo paranormal. Se llevaron a cabo investigaciones que aseguran que el liceo fue construido sobre un cementerio antiguo.