Conejos negros de la Isla de Flores

Isla de Flores

En el Río de la Plata en aguas pertenecientes a Uruguay, a 21 kilómetros de distancia de la costa, entre la ciudad de Montevideo y el Banco Inglés, se encuentra la Isla de Flores.

Para los que no lo conocen, el Banco Inglés, que recibe el apodo de Tragabarcos,  fue un islote que quedó sumergido por las aguas. Se formó un banco de arena y roca que provocó muchos accidentes y naufragios a lo largo de la historia. En el banco de arena se colocó un pontón-faro, y por este mismo motivo es que se construyó el faro de la Isla de Flores.

Desde la capital uruguaya se puede ver la isla y su faro de origen portugués. Esta construcción tiene una altura de 37 metros, y ha guiado a los navegantes desde que entró en servicio en 1828. En 1975 fue declarado  Monumento Histórico Nacional. Hoy en día, el servicio de iluminación y balizamiento está a cargo de la Armada Nacional.

Historia de la Isla de Flores

En el siglo XIX existían grandes epidemias como la viruela, el cólera y la fiebre amarilla, entre otras. Por tal motivo, todo inmigrante debía pasar por la isla, estar en cuarentena y luego de comprobar su buen estado de salud, recién podía entrar al puerto de Montevideo.

Vista aérea de la Isla de FloresLa isla está dividida en tres superficies de diferentes tamaños, unidas por terraplenes y restingas, cuando sube la marea parece que fueran islas separadas. La conocida como Isla Grande es donde se ubica el faro, el muelle y la mayoría de las edificaciones, entre ellas un lazareto que en aquella época alojaba a los visitantes sanos.

También hay un antiguo hospital y el Hotel de  los Inmigrantes. Allí se hospedaban los inmigrantes más ilustres, oficiales, y la comandancia. Hay  un edificio dónde funcionaban las calderas de hierro para desinfectar la ropa.

La Segunda Isla, albergaba a los visitantes enfermos infecciosos y el cementerio. En la Tercera Isla se encuentra la Capilla y el crematorio.  Hoy en día estas edificaciones se pueden ver, destruidas por la erosión y el paso del tiempo, incluso hasta las calderas y chimenea dónde se cremaban los cuerpos.

Cuando dejó de ser un lugar de cuarentena, a fines del siglo XIX, la isla pasó a ser el Alcatraz de Uruguay, como muchos la llamaban. Como se trataba de un lugar aislado, la vigilancia no era estricta y las fugas eran casi inconcebibles. Por esas cárceles pasaron prisioneros de guerra de la revolución blanca, medio centenar de marineros del Tacoma, luego que se hundiera una nave de bandera nacional en el Caribe.

En el año 1968 fueron encarcelados durante dos meses, más de 100 sindicalistas de UTE y ANCAP, durante las Medidas de Pronta Seguridad, que dieron pie para luego llegar a la dictadura de 1973.

Durante la dictadura militar se manejó la posibilidad de transferir a todos los presos de  la Cárcel de Punta Carretas a la isla, luego de algunas reformas a los edificios. Por la inexistencia de luz y agua potable, tal proyecto se descartó.

Desde la década de los 70, la isla es vigilada por un matrimonio que se aloja  allí durante 15 días, cuidando de la iluminación y mantenimiento del Faro. Cumplidas las dos semanas, estos cuidadores son relevados por otros. Pocos son los que la visitan y visitaron, pero sí hay registros que pasaron por allí Enrico Caruso, Carlos Gardel y Alfredo Zitarrosa.

Isla de las RatasCabe destacar, que antes de que la isla se adaptara como lugar de cuarentena, existía otro sitio con el mismo fin: La Isla de Ratas, ubicada en una zona baja de la Bahía de Montevideo frente al Cerro, dónde no hay calado para navegar.

La Isla de las Ratas funcionó muy poco tiempo para este propósito, porque era muy fácil esquivar los controles y dirigirse a la ciudad. Posteriormente fue construido un hangar y rampa de hidroaviones, que administró la Armada Nacional hasta 1950. Actualmente es un depósito del puerto.

Otra peculiaridad de la Isla de Flores es el microsistema que allí se ha formado. Se encuentran  más de 30 especies de aves y gran cantidad de conejos de color oscuro, con un tamaño similar al de un perro. Se dice que alguien llevó algunos de estos ejemplares, y es por ello que ahora prosperan en toda la isla.

Mary