Cielomoto

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El 20 de febrero del 2010, los uruguayos fueron testigos de un fenómeno de la naturaleza muy singular. Eran las seis de la mañana cuando al sur de país, se sintió un fuerte temblor que hizo vibrar ventanales, a la vez que se sintieron movimientos en el suelo.

Los barrios montevideanos donde se sintió con mayor intensidad fueron Malvín, Carrasco y la zona del Parque Rivera. Se sintió como si fuese una tormenta con truenos fuertes, pero el cielo estaba totalmente despejado. Fue similar al ruido que produce un avión al romper la barrera del sonido. Luego se supo que este fenómeno es llamado cielomoto, también conocido como skyquakes.

Teorías sobre las causas del cielomoto

Es un anómalo atmosférico al que aún los científicos no han encontrado explicación. Solo se sabe que estos temblores en el cielo se producen por la compresión de gases en la atmósfera, pero no pueden ser anticipados ni detectados. Son registrados una vez que ocurren.

Otros científicos creen que se trata de sonidos provenientes de los cambios que se están produciendo en el núcleo de la tierra, que según predicen, terminarán por desplazar el manto terrestre a escalas nunca vistas por el hombre de nuestra era. Se ha comprobado que los cambios de velocidad del movimiento del núcleo de la tierra están provocando cambios en el campo magnético del planeta.

Este fenómeno se ha venido registrando cada vez con más frecuencia y en muchas regiones del planeta. Hay registros de hechos con similares características en el estado de Florida, Estados Unidos, en Australia, y en varias regiones de Europa y Canadá. Algunos estiman que aproximadamente el dos por ciento de la población mundial ha escuchado estos ruidos provenientes del cielo. 

En Estados Unidos también han ocurrido, luego de estos temblores, rajaduras en las paredes de las casas y edificios, similares a las causadas por los terremotos.

La estación meteorológica de Brasil tiene otra explicación para la causa de este temblor. Sostiene que se trató de un meteorito que estalló en el aire al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, fenómeno que  ocurre con frecuencia. Esta respuesta coincide con la dada por los científicos de la NASA.